Agresiones a pasajeras victorianas, sabotajes de la resistencia francesa y romances principescos urdidos a bordo de un tren
Pilar Tejera desvela en su último libro, Viajeras al Tren (publicado por Editorial Casiopea), historias sorprendentes de algunas pasajeras a bordo de los ferrocarriles de su época. Cómo ha señalado la escritora, «el filón de historias de mujeres vinculadas al ferrocarril es inagotable. Sólo he querido aportar algunas pinceladas sin ahondar en ellas para hacer un libro ligero y ameno».
Vagones solo para mujeres
«Junio de 1875. El plácido viaje de Rebecca Dickinson a bordo del tren con trayecto entre Portsmouth y Waterloo, se ve alterado cuando el coronel Baker, hermano del célebre explorador Samuel Baker, —descubridor de una de las Fuentes del Nilo—, se abalanza sobre ella. Rebecca, de 22 años, se queda paralizada por el terror. Sintiéndose incapaz de gritar, decide lanzarse hacia la única puerta del compartimiento y la empuja con fuerza mientras Baker, con una mirada desquiciada la sigue a escasa distancia. Mientras queda suspendida en el vacío, con un pie sujeto en el estribo de la puerta y las manos aferrándose al pequeño picaporte, Baker, lejos de cejar en su empeño, la agarra de la cintura para introducirla en el vagón. La escena se prolonga durante varias millas que a ella le resultan interminables. Finalmente, la locomotora se detiene en la siguiente estación. Baker recupera la serenidad, aunque su mirada sigue siendo glacial, como poseída. Minutos después, este oficial de 49 años es arrestado y acusado de agresión. Será destituido del ejército y deshonrado públicamente. El deshonor empañará irremisiblemente el apellido de la familia. Rebecca Dickinson resultó felizmente ilesa, al menos físicamente, pero en otros sucesos similares acaecidos durante la era victoriana algunas pasajeras sufrieron lesiones graves o incluso hallaron la muerte. Las cosas llegaron a tal punto que hubo un clamor generalizado para dotar a los trenes de vagones solo para mujeres, los Ladies Only, a fin de evitar sucesivos ataques».
Escritoras, actrices, periodistas, miembros de la resistencia francesa
Es una de las historias que recoge el último libro de Pilar Tejera, (el número nueve de los títulos dedicados por ella a las damas del pasado). La obra reúne otras aventuras y anécdotas protagonizadas por pasajeras, escritoras, actrices, y celebridades ligadas al ferrocarril y las Estaciones de tren. El brutal asesinato en el siglo XIX de Florence Nightingale Shore a manos de un demente, el papel estelar de Marlene Dietrich en El Expresso de Shangai, las peripecias de Rose Valland, miembro de la Resistencia Francesa que participó en operaciones de sabotaje y en la recuperación de casi 45 000 obras de arte robadas por los nazis, el Miss Nellie Bly Special, un convoy exclusivo para la famosa reportera que dio la vuelta al mundo en menos de ochenta días, por encargo de Joseph Pulitzer, propietario del New York World, la lucha de Jackie Kennedy por preservar la estación de Nueva York (Grand Central) o algunas de las inventoras y primeras maquinistas, se recogen en Viajeras al tren, editado por Casiopea.
Grace Kelly y Rainiero: una trama urdida a bordo de un vagón
«Ocurrió en la primavera de 1955. Olivia de Havilland y Grace Kelly coincidieron en el Blue Train por pura casualidad, en el viaje que, partiendo de París, las conducía a Cannes donde pensaban asistir al octavo Festival de Cine celebrado en la ciudad costera. La actriz inmortalizada en la gran pantalla por su papel en Lo que el viento se llevó, acababa de estrenar segundo marido, en este caso Pierre Galante, editor de Paris Match. El ambiente hollywoodiense en los vagones, las maletas Louise Vuitton, los fotógrafos al acecho y los representantes en los pasillos, eran moneda común en aquel tren que conectaba París con Niza coincidiendo con la celebración del célebre festival de cine. El servicio era operado por la Compagnie Internationale des Wagons-Lits con exclusivos vagones de acero de primera clase. Ni que decir tiene que parte de su encanto radicaba en el coche restaurante, famoso por sus cenas de cinco platos de alta cocina.
Fue precisamente Pierre Galante, habituado a las primicias, quien tuvo la idea de presentar a Grace Kelly y al príncipe monegasco. Grace, en el cénit de su carrera —acababa de ganar su primer premio de la Academia por The Country Girl y de filmar la película: Atrapar a un ladrón con Cary Grant, precisamente en la Riviera francesa—. Cuando el matrimonio dejó caer la ocurrencia durante la cena al editor jefe de Paris-Match, este aceptó la idea con entusiasmo. El plan se puso en marcha. Olivia de Havilland, se comprometió a encargarse de Grace Kelly y al poco, procedió a abordar a la actriz en el tren. Cuando esta se despertó en la mañana del 5 de abril, no podía imaginar cuánto cambiarían su vida las siguientes 48 horas».