Envuelto por una voz femenina… Alguien, traspasando la pantalla de un cine, viaja con el pensamiento a una playa. Contempla las rocas, las palmeras, el agua del mar; deja las huellas de sus pies desnudos sobre la arena. El paisaje es… ¿Cómo describirlo? Supongo que no hay palabras para hacerlo.
Quizá la playa, de ensueño, es la más bonita del mundo… ¿Un paraíso en la Tierra llamado Anse Source d’Argent en La Digue, Seychelles?
Ramón ha sido mecánico de barcos, ha viajado y ha dado la vuelta al mundo; pero a consecuencia de sufrir un accidente en su juventud se rompe el cuello y queda tetrapléjico. Por ello, lleva más de la mitad de su vida postrado en la cama de su habitación, desde la que, aun sin poder ver el mar por estar lejano, cuando la brisa trae su aroma, lo puede oler…
…Y a veces, cuando cierra los ojos, sale de su habitación -volando y a través de la ventana- para adentrarse en el mar.
Porque, la mar, esa amante que lo es todo para él, contradictoriamente, le ha quitado todo.
El hombre no está solo. Le arropa el cariño de la familia: su hermano José, su sobrino Javi, su padre Joaquín. A lo que hay que sumar las atenciones y cuidados que recibe de Manuela, su cuñada.
Y siempre está rodeado de mujeres como Gené, de la asociación DMD (siglas de Derecho a Morir Dignamente), -que junto con Marc lucha para que se despenalice la eutanasia y apoya la libertad de las personas que quieren vivir y las personas que quieren morir-, de la abogada Julia, para Ramón “Julieta”, que vive con su marido Germán en Cataluña y sufre cadasil, una enfermedad cerebrovascular degenerativa y de Rosa, una mujer de Boiro, madre de dos niños pequeños, muy alegre y con grandes ganas de vivir.
Curiosamente, tanto Julia como Rosa -incluso Manuela, que le quiere como si fuera su madre-, tienen profundos sentimientos de amor hacia él.
Aun después de haber pasado tanto tiempo del accidente a Ramón le siguen visitando muchos amigos, que comparten con él sus vivencias; sus alegrías y sus penas.
Ramón no espera nada de la vida.
Y ahora, tras casi 30 años del accidente que le dejó en estado vegetal, solo quiere hacer el último viaje. Porque no le salen las cuentas de la felicidad.
Ramón quiere morir.
Nada ni nadie le puede hacer desistir de su idea, ni sus familiares, ni los amigos. Ni siquiera la visita y palabras del Padre Francisco, que viene acompañado del Hermano Andrés, y qué como él, también es tetrapléjico.
Para morir Ramón necesite que alguien le ayude. Porque “vivir encerrado en un cuerpo” no es vida. Y solo muriendo… Podrá ser libre.
La persona que de verdad le ame será la que le ayude a morir.
La película narra la historia real del marinero mercante, escritor, poeta y activista español, Ramón Sampedro.
Mar Adentro es una versión de la telepelícula española Condenado a vivir (2001), del director y guionista madrileño Roberto Bodegas.
FICHA TÉCNICA
Dirección: Alejandro Amenábar.
Productores: Fernando Bovaira y Alejandro Amenábar.
Guion: Alejandro Amenábar y Mateo Gil.
Director de fotografía: Javier Aguirresarobe.
Montaje: Alejandro Amenábar.
Música: Alejandro Amenábar con la colaboración especial del músico español, experto gaitero gallego, Carlos Núñez.
Dirección de producción: Emiliano Otegui.
Dirección de casting: Luis San Narciso.
Dirección artística: Benjamín Fernández.
Sonido: Ricardo Steinberg.
Vestuario: Sonia Grande.
Diseño de maquillaje especial: Jo Allen.
Maquillaje: Ana López-Puigcerver.
Peluquería: Mara Collazo.
Peluquero de Javier Bardem: Manolo García.
FICHA ARTÍSTICA (REPARTO DE ACTORES)
Javier Bardem: Ramón Sampedro.
Belén Rueda: Julia.
Lola Dueñas: Rosa.
Mabel Rivera: Manuela.
Clara Segura: Gené.
Celso Bugallo: José Sampedro.
Tamar Novas: Javi.
Joan Dalmau: Joaquín.
Francesc Garrido: Marc.
Alberto Jiménez: Germán.
Josep Maria Pou: Padre Francisco.
Alberto Amarilla: Hermano Andrés.
DATOS Y CIFRAS
País: España, Italia y Francia.
Año: 2004.
Géneros: biografía, drama.
Duración: 125 minutos, aproximadamente.
Idiomas: castellano, gallego y catalán.
Película no recomendada a menores de 13 años.
JULIA Y ROSA
Julia y Rosa son las dos mujeres más importantes, para y en la vida de Ramón. Sus personajes están inspirados en la periodista y escritora española Laura Palmés, quien padecía esclerosis múltiple, y en su amiga Ramona Maneiro (Moncha).
EL MARINO Y ESCRITOR RAMÓN SAMPEDRO
Ramón Sampedro Cameán nace en Xuño, Porto do Son, provincia de A Coruña, Galicia, el 5 de enero de 1943.
El 23 de agosto de 1968, con 25 años de edad, en la playa de As Furnas, se lanza desde una roca de cabeza al mar (más bien a un pozo natural), rompiéndose la séptima vértebra -C7, región cervical- al chocar contra el fondo de la arena.
Desde entonces Ramón pasa a ser una cabeza viva en un cuerpo muerto. Y como desde el principio rechaza la silla de ruedas, su mundo se reduce prácticamente a estar recluido entre cuatro paredes y ver el mar.
¿Pero cómo le pudo suceder tal tragedia a un hombre de mar que conocía tan bien la zona?
Abstraído, el joven pensaba en su chica. Tenía miedo, tal vez, al compromiso matrimonial. Y sin pensarlo, se tiró, justo cuando la reseca marítima se estaba llevando el agua.
En abril de 1993 inicia una activa lucha por el derecho a morir dignamente, solicitando a los tribunales el suicidio asistido y que los que le ayuden no incurran en delito, ya que a él, por sí mismo, no le es posible quitarse la vida.
Tras tres décadas de infructuosa lucha, Ramón, ayudado por varias personas, amigas, logra su objetivo: morir con dignidad.
El 12 de enero de 1998 muere por intoxicación cianhídrica en Boiro, provincia de A Coruña, Galicia.
Ramón Sampedro Cameán fue el primer ciudadano español que solicitó legalmente la eutanasia (o la buena muerte).
En el lugar de la tragedia, Playa de As Furnas, hay un busto homenaje a Sampedro.
El busto es obra del artista gallego Nacho C. Beiron.
CARTAS DESDE EL INFIERNO
En 1996 la editorial Planeta publicó el libro de Ramón Sampedro Cartas desde el infierno, el cual agrupa escritos, poemas, cartas y pensamientos. En sus páginas se lee acerca del placer, del dolor, del miedo; de la mar, del amor, de la vida, de Dios. Y sobre todo de la muerte.
PREMIOS DE LA PELÍCULA MAR ADENTRO
Mar Adentro obtuvo numerosos premios. Algunos de ellos son:
-Globo de oro 2004, a la mejor película extranjera.
-Festival Internacional de Cine de Venecia 2004, premio especial jurado para Alejandro Amenábar y copa Volpi para Javier Bardem.
-Premios de cine europeo 2004, al mejor director y al mejor actor (Bardem).
-Premio de la Unión de Actores Españoles 2004, para Javier Bardem, Lola Dueñas, Celso Bugallo, Belén Rueda y Tamar Novas.
-Fotograma de plata 2004, a la mejor película española, al mejor actor (J. Bardem) y a la mejor actriz (B. Rueda).
-Oscar 2005, a la mejor película extranjera.
-Catorce premios Goya 2005.
-David de Donatello 2005, a la mejor película europea.
BANDA SONORA ORIGINAL
Por la gran belleza de los 20 temas que componen la banda sonora de la película Mar Adentro, en esta ocasión, dejo el listado de los títulos:
- Poema Mar Adentro, declamado por el actor Javier Bardem.
- Por qué morir
- Rosa
- El accidente
- Querida Julia
- El Padre Francisco
- El libro
- El beso
- Irnos juntos
- El viaje
- Mi Julieta
- Huida al mar
- Adiós, Gené
- Adiós a todos
- Gracias, Rosa
- Agonía
- Final
- Títulos finales
- Negra sombra, cantada por Luz Casal.
- Nessum Dorma
Como apunte final citar que la escena más romántica de la película, la escena perfecta, es la que tiene de fondo musical la última composición.
UNO APRENDE A LLORAR RIENDO… CUANDO EL FUTURO ES LA MUERTE
Cuando la vida de un hombre joven, la de un marinero, se para de repente… Solo le queda aprender a llorar riendo.
Por ser este texto, además de un artículo de cine, un homenaje personal a Ramón Sampedro, lo finalizo con el bello poema que escribió, y que da título a la película.
Mar adentro, mar adentro.
Y en la ingravidez del fondo
donde se cumplen los sueños
se juntan dos voluntades
para cumplir un deseo.
Un beso enciende la vida
con un relámpago y un trueno
y en una metamorfosis
mi cuerpo no es ya mi cuerpo,
es como penetrar al centro del universo.
El abrazo más pueril
y el más puro de los besos
hasta vernos reducidos
en un único deseo.
Tu mirada y mi mirada
como un eco repitiendo, sin palabras
más adentro, más adentro
hasta el más allá del todo
por la sangre y por los huesos.
Pero me despierto siempre
y siempre quiero estar muerto,
para seguir con mi boca
enredada en tus cabellos.