Poemas de una polilla
Marisol Santiago
Ediciones Vitruvio, 2021
81 páginas
Poemas de una polilla es el título del poemario que Marisol Santiago ha publicado recientemente bajo el sello editorial Vitruvio. Un libro donde el tema del amor está presente con intensidad, aunque estos poemas no son poemas de amor en sentido estricto. Quizá porque amar, como explicó Erich Fromm, es un arte y se presenta de muy distintas formas. Quizá porque el amor, como creían los surrealistas André Bretón y Paul Eluard, es la experiencia provocadora por excelencia y tiene la cualidad de iluminar la realidad. Y eso es lo que parecen hacer los poemas de esta señalada poeta: alumbrar y mostrar la realidad más íntima de quien los ha escrito.
Nada más comenzar, en el primer apartado del libro, ‘Poemas para un monstruo’, leemos: “Intocable amor, / arrasas / y germinas entre sombras, / ilusión adulterada.” (poema ‘Sombras de ti’). Asimismo, desde el inicio se observa como la autora se expone ante el lector o lectora que desee adentrarse en este poemario, elaborando un discurso poético diáfano sobre los diversos aspectos de su sentir y su experiencia. “Soy anhelo, / tiniebla errante. / ¿Quién amaría a una sombra? / ¿Quién, a esta oscuridad alada?”, escribe la poeta en el poema ‘Anhelo’.
En estos ‘Poemas para un monstruo’ parece haber un tránsito de la autora por regiones ciertamente sombrías, que encuentran su reflejo en los versos de poemas como ‘Cuervos’ (“Espectrales, brillantes / perlas, arrebatan soledad al cielo”); ‘Monstruo noctámbulo’ (“Monstruo melancólico, / regruñes, rencoroso, / agazapado en un rincón / de mi voluntad confusa.”); ‘Infierno’ (“Camino sonámbula, / sorteando recuerdos. / Sombra perpetua, / arrancas su máscara al esplendor”); o ‘Asesinato’ (“Estrangulo mi amor, se zafa entre mis manos, /…”). Podríamos citar otros poemas en este mismo sentido: ‘Demonios nocturnos’, ‘Funeral’, ‘La oruga’, etc. Aunque no me resisto a mencionar el poema ‘Rosa fobia’, dónde la poeta condensa con gran acierto en siete versos momentos esenciales de su itinerario vital.
Es en la segunda parte del poemario cuando descubrimos a la polilla con la que, creo, se identifica la autora. No es un insecto al modo de Kafka, Nabokov o Saint-John-Perse. Esta polilla diríase que es metáfora y ejercicio literario a un tiempo. Atraída por la luz “se estrella y cae al suelo. // Y vuela otra vez hacia el reclamo / que cree su vida / que es su muerte”, apunta Santiago en su poema ‘Polilla moribunda’.
Por otro lado, podemos atisbar también trazos propios de la literatura romántica y, sobre todo, gótica. Un buen ejemplo de ello es el poema ‘Abismo’, donde podemos leer: “Valquiria, te cubren cenizas. / Hundida sobre el campo de batalla, / las brasas te azotan, / espectro de espada en tierra. // A tu espalda, los monstruos ríen, / se alimentan de tus ruinas”. Y, una vez más, la figura del monstruo emerge, no por casualidad, en los versos de Marisol Santiago.
En este capítulo que da título al libro, nos topamos con excelentes poemas: ‘El silencio del pianista’, ‘Insomnio’, ‘Amnesia’, ‘Segundo vuelo’ o ‘Paz’. Indicar aquí que en alguno de ellos y en otros no menos significativos (‘El eco de las olas’, ‘La lealtad de las olas’, ‘Mar herido’, …) encontramos una destacada presencia del mar como telón de fondo de los mismos.
Explorando el poemario, nos internamos en ‘Poemas de una aparición enamorada’, tercer apartado de la obra que lleva el subtítulo ‘(Reflexiones de un fantasma decimonónico)’. La imagen del ‘fantasma decimonónico’ enlaza de nuevo con esos elementos góticos, ya mencionados, que despuntan en estos versos. Igualmente, poemas como ‘El muerto’, ‘Su alma’ y ‘Su amor’ son indicativos de la altura literaria que ha conseguido alcanzar el vuelo poético de esta polilla.
A modo de epílogo, Marisol Santiago concluye este libro con los poemas que contiene el apartado titulado ‘Mariposas’, donde destacan los poemas ‘Madre’ (“Madre trabajadora, que lucha, que sangra, que vence. / Cuna de verdades, / mujer apacible sanando pasado, batiendo presente.”), ‘Padre’ (“Llevo tus versos en mis lágrimas / y tu voz siempre en mis sueños.”) y ‘El hermanito’, un poema colmado de ternura.
Polillas y mariposas. Insectos de una misma familia, aunque por lo general las mariposas suelen resultar más atractivas a nuestros ojos. Ambas surgen de una metamorfosis. ¿Es esto un guiño de la autora? ¿Es la polilla símbolo de un renacimiento? Pudiera ser. Sea como fuere, en estas páginas hallamos a una poeta que demanda ser leída con atención. No dejen de hacerlo.