Novedad editorial
El rostro en la ceniza de Fernando Sánchez Pintado en Editorial Triacastela
El rostro en la ceniza es el relato del viaje que emprende el narrador para asistir al entierro de Daniel Araya, su antiguo protector y amigo al que creía haber olvidado. Retorna al tiempo en que aprendió, trabajó y amó a su lado, intentando en vano con una reflexión dolorida justificar por qué lo traicionó.
La distancia social que le separa de Daniel Araya –personaje de la alta burguesía para quien imponer su voluntad vale más que ganar o perder en los negocios– hace que dependa de él, que sea su modelo y su maestro. Esta mímesis en la que vive alimenta también una rivalidad oscura: El rencor está mal valorado, se atribuye a los débiles y vengativos, pero a veces es una demostración de rebeldía.
En la obsesiva pasión amorosa del narrador no se sabe dónde está el límite ni si el amor que siente por Elena se debe a ella o a ser la mujer de Daniel. Aunque al final del viaje tenga el valor de reconocer, en un inesperado desenlace, lo que no se atrevió a ver ni a hacer antes.
Novela de personajes de vidas truncadas, en la línea de las últimas novelas de Sánchez Pintado –Planes para el pasado y La última vez que veremos el mar– en la que se explora, con un estilo absorbente y sobrio, la parte de nosotros que escapa a nosotros mismos.
Fernando Sánchez Pintado (Madrid, 1950), licenciado en filosofía, es escritor y editor. Ha publicado las novelas Un tren puede ocultar a otro (Endimión, 2004), favorablemente acogida por la crítica por su «carácter reflexivo y su prosa envolvente que no da nada por definitivamente zanjado» (F. Solano); Contrariar al zurdo (Barataria, 2006), «una novela de carreteras secundarias, dialogada y concéntrica en las obsesiones de sus personajes» (A. Cabo); Performance (Barataria, 2010), «un relato mordaz sobre el ansia de poder, y la inanidad de las instituciones culturales que crecen a su sombra» (V. Claudín); La última vez que veremos el mar (Pasos Perdidos, 2015), «una reflexión sobre el pasado y el poder» (Alfonso Vázquez); Planes para el pasado (Pasos Perdidos, 2018), «una fábula sin ninguna moraleja que se lee con ojos arrasados en lágrimas» (Ángeles López).