Bicentenario del nacimiento de Engels (28 de noviembre de1820 – 5 de agosto de 1895)
“Simplemente no puedo entender que alguien pueda tener envidia de un genio. La genialidad es algo tan especial que quienes no la tenemos sabemos de forma inmediata que es algo inalcanzable. Para sentir envidia de algo así, hay que ser tremendamente estrecho de miras”. Friedrich Engels se refería así a su amigo KARL MARX a quien definió en su breve oración ante su tumba como “el más grande pensador de nuestros días”. Engels aceptaba, así, el papel secundario que la historia le ha concedido. Pero lejos de ser un demérito, su virtualidad ha sido, por fin, reconocida incluso por algunos de sus más ácidos y acérrimos críticos. Ahora, cuando se cumple el bicentenario de su nacimiento, quizá sea más necesario que nunca reivindicar la figura y los legados teóricos de un intelectual de quien MARX, en reconocimiento de su decisiva aportación a las muchas obras que firmaron conjuntamente, afirmó que era el hombre más culto de Europa. “Un verdadero diccionario universal capaz de trabajar a cada hora del día o de la noche, comido o en ayunas, veloz en escribir y en comprender igual que el mismísimo diablo”.
Marx y Engels, recíprocos como hemos dicho a la hora de manifestar su mutua confianza y admiración, se repartieron, en innumerables ocasiones, los papeles que tenían que representar. A ENGELS corresponden estas reveladoras confesiones: “La división del trabajo que existía entre MARX y yo me ha correspondido defender nuestras opiniones en los periódicos lo que, singularmente, significaba luchar contra las ideas opuestas a las nuestras para que, así, MARX tuviera tiempo de acabar su gran obra principal. Esto me obligó a exponer nuestros principios en la mayoría de los casos en forma de polémica, contraponiéndolas a las otras concepciones”.
Ahora revisaremos algunas de esas críticas a la obra de un pensador que podría haber sido una de las grandes figuras del siglo XIX, pero que conscientemente aceptó un lugar menos destacado a cambio de ser el colaborador más estrecho que tuvo MARX en los años decisivos de su producción teórica, cooperando intelectual y financieramente con la realización de una obra, sin duda, cumbre. Como escribe el sociólogo y catedrático argentino, ATILIO ALBERTO BORÓN, ENGELS “pagó, así, el precio de su prolongada asociación con la vida y la obra de MARX y con su incondicional entrega al movimiento obrero y socialista europeo”. A pesar de esto, y teniendo en cuenta la complicada encrucijada que en la actualidad vive el mundo, resulta, como he dicho, más necesario que nunca la revalorización y la reflexión del legado teórico que nos dejó, para su serena discusión, el talento innegable de FRIEDRICH ENGELS.
Mucho más, cuando en su obra “ANTI-DÜHRING”, ENGELS desmonta la mendaz teoría del filósofo y economista alemán KARL EUGEN DÜHRING. Este, divulgó una versión descafeinada del socialismo para, como recoge en un reciente artículo en este mismo medio el profesor ANTONIO CHAZARRA, tratar de sustituir, de manera fraudulenta e imposible, el pensamiento transformador de MARX y ENGELS. Deberían tomar buena nota, quizá releyendo el imprescindible ANTI-DHURING, aquellos que, desde posiciones teóricamente izquierdistas, predican, no con el ejemplo, por supuesto, pero sí con con periódicas intervenciones, increíbles alegatos en favor de políticas conservadoras en perfecta coincidencia con los insanos y “trumposos”, perdón, quise decir tramposos, aires que nos llegan desde otros poderos países occidentales.
Y es más verdad que nunca que, en este caso, no hay peor cuña que la del mismo palo o la misma madera. Porque quizá las más furibundas críticas que se han realizado sobre la obra y el pensamiento de ENGELS, han llegado de marxistas arrepentidos de no se sabe muy bien de qué o de aquellos que se autoproclamaron especialistas e investigadores que redujeron el papel del amigo de MARX al de un simple y mediocre divulgador de su obra. Para otros, sobre todo para los críticos de abstracción liberal, ENGELS, incapaz de generar ideas propias, se limitó a ser el escribano mecenas del “explotador autor” de EL CAPITAL.
Ahora, cuando la historia pasa su factura, algunos de los más fieros detractores de ENGELS presentan un lamentable currículo de saltos estratégicos que, en algunos casos, les trasladaron desde el eurocomunismo o la socialdemocracia a conversas posiciones neoliberales. Ahí están, agazapados, pero nunca escondidos, los “DHURING” de hoy a los que se ha referido el profesor CHAZARRA en el artículo anteriormente mencionado.
Así pues, este bicentenario debe, o en todo caso debería, servir para realizar una reflexión histórica y, quizá, una cierta recuperación de las esencias del pensamiento de ENGELS. Y no solo por mera justicia sino por la plena vigencia de un intelectual cuya curiosidad y conocimientos abarcaba campos tan diferentes como la filosofía y la historia hasta la antropología y la sociología, pasando, por supuesto, por la política y la economía.
Fue un ENGELS muy joven quien demostró su probado talento cuando en 1845, con apenas 25 años, publicó su libro LA SITUACIÓN DE LA CLASE OBRERA EN INGLATERRA, una documentada denuncia de las lamentables condiciones en las que los obreros desempeñaban su trabajo en las fábricas de la Inglaterra victoriana. Para el mismísimo LENIN, esta obra fue uno de los mejores trabajos de la literatura socialista mundial. “ENGELS –sentenció Lenin –fue el primero en decir que el proletariado no solo es una clase que sufre, sino que, además, el proletariado en lucha se ayudará en sí mismo”. Las condiciones de vida que denunció ENGELS las vivió y sufrió personalmente en MANCHESTER, ciudad considera entonces como la cuna y el corazón de la revolución industrial. Allí, ENGELS conoció y trabó amistad con GEORGE JULIAN HARNEY, miembro extremista de los denominados “cartistas” y con JAMES LEACH, antiguo obrero y auténtico azote de los industriales. Con ellos, comenzó a frecuentar los ambientes obreros y a conocer, de forma empírica, las carencias de todo tipo que sufrían entonces los trabajadores.
Fue, sin embargo, THOMAS CARLYLE, el estudioso de la TEORÍA DEL GRAN HOMBRE y autor del libro SARTOR RESARTUS, quien más influyó en aquel joven ENGELS por su radical crítica del capitalismo. Persona fundamental en su vida fue, también, su amante y primer gran amor, MARY BURNS, una trabajadora de origen irlandés, Ella fue quien le introdujo en los ambientes laborales más duros. Con ese bagaje cultural y con el valor de haber sido testigo y haber sufrido en carne propia esas absolutas injusticias, ENGELS se convierte en un referente social imprescindible como lo demuestran sus brillantes estudios sobre la insurgencia campesina en Alemania, o sobre la vinculación entre el patriarcado y la propiedad privada. Una reflexión desapasionada y alejada de elementos preconcebidos nos lleva, o por lo menos nos tendría que llevar, al reconocimiento de una altura intelectual bastante más elevada de la que el paso del tiempo y las particulares y variopintas interpretaciones de su vida y de su obra nos han intentado, y en muchos casos conseguido, imponer. Interlocutor de MARX durante cuarenta años, se convirtió, por decisión propia, en consejero y en coautor, siempre en segundo plano, de algunas de las más importantes aportaciones teóricas de la obra del filósofo de TREVERIS. Este, dos años mayor que su amigo, reconoció en él, desde los primeros encuentros que mantuvieron, a un intelectual de enorme capacidad cuya compañía, consejo y colaboración nunca desestimó.
Y para quien todavía duda de la calidad intelectual de ENGELS y de su capacidad para ofrecer ideas nuevas que, con críticas o sin ellas, perduran en el tiempo ahí queda su más clásica obra “EL ORIGEN DE LA FAMILIA, DE LA PROPIEDAD PRIVADA Y DEL ESTADO” a la que, una vez más LENIN, señaló como una de las obras fundamentales del socialismo contemporáneo.
Escrito en apenas dos meses, el libro se basa en los apuntes que KARL MARX realizó sobre el libro ANCIENT SOCIETY del científico progresista norteamericano LEWIS HENRY MORGAN. En él, y en opinión de ENGELS, se confirmaba la concepción materialista de la historia que MARX y él habían elaborado. Nació, así, una obra que constituye un profundo análisis científico de las etapas tempranas del desarrollo social de la humanidad, desde las comunidades comunistas primitivas hasta la formación de la sociedad de clases basada en la propiedad privada de los medios de producción. En ella, se denuncia el origen y la naturaleza clasista del estado. El erudito ENGELS, que repasa y corrige capítulos en las sucesivas ediciones del libro, aporta numerosos datos suplementarios basados en sus estudios e investigaciones sobre los principales problemas sociales planteados en las antiguas GRECIA y ROMA, así como en las primitivas civilizaciones de ALEMANIA E IRLANDA. Con las investigaciones de MORGAN y las aportaciones teóricas de ENGELS se completa una obra que trata de explicar, gracias a un análisis profundo y material, los cambios que experimenta el ser humano en su papel evolutivo.
ENGELS plantea una amplia discusión sobre la SOCIEDAD ANTIGUA en la que LEWIS HENRY MORGAN establece una secuencia de períodos étnicos para comprender el desarrollo de la civilización humana, desde los orígenes del hombre hasta la sociedad industrializada de EUROPA y de NORTEAMÉRICA del siglo XIX. A diferencia de otros pensadores contemporáneos con otras teorías sobre la evolución humana, ENGELS subraya la importancia de las relaciones del poder social y del control de los recursos materiales con el desarrollo de las nuevas tecnologías. Demuestra, además, la historicidad y, por tanto, la transitoriedad, de instituciones clásicas como la familia, el derecho y el estado. No son, tampoco, dignas de olvido las consideraciones que ENGELS hace en un plano económico, consideraciones que no son pocos los investigadores que le otorgan una plena vigencia y capacidad para explicar con una enorme visión de futuro las principales claves del actual sistema socio económico.
Considero de justicia hacer, aunque solo sea una mera mención, del verdadero testamento político de ENGELS en su brillante INTRODUCCIÓN a LA LUCHA DE CLASES DE FRANCIA de KARL MARX, escrita cinco meses antes de su muerte. La publicación de este texto, a pesar de haber sido censurados muchos de sus pasajes por la dirección de la socialdemocracia alemana de entonces, expone numerosas y fundamentales innovaciones básicas para el posterior desarrollo de la teoría marxista de la política que, años más tarde, tomó cuerpo gracias al impulso de ANTONIO GRAMSCI.
Desde el principio de su actividad política hasta el último día de su vida, ENGELS fue un incansable combatiente revolucionario y uno de los mejores intérpretes de los intereses de clase del proletariado internacional. “Después de la muerte de Marx –escribió VLADIMIR ILLICH ULIÁNOV —ENGELS, en solitario, continuó siendo el consejero y el guía de los socialistas europeos”.