Santiago Manzarbeitia Valle es Doctor en Historia del Arte (1997) por la Universidad Complutense de Madrid, donde imparte docencia desde 2001 en el Departamento de Historia del Arte. Los fondos del Museo del Prado han sido una herramienta pedagógica constante en su docencia práctica semanal desde 1986.Su colaboración con el Museo del Pardo se inicia en 1989 con la participación en la exposición temática Las raíces de todas las cosas, de cuyo catálogo es coautor; en 1995 fue contratado para la actualización del Banco de Datos del Museo del Prado; en 2007 participó en la publicación 100 Obras Maestras del Museo del Prado editada por el museo; desde 2010 ha colaborado en la transferencia de la iconografía medieval del Museo del Prado en diversas ediciones de la Semana de la Ciencia, y entre 2016 y 2019 en congresos y seminarios sobre iconología religiosa en el Museo del Prado durante su pertenencia al Proyecto I+D MUSACCES.
Con motivo de la publicación del libro Relatos del Prado (Ediciones Ondina), Entreletras ha conversado con Santiago Manzarbeitia Valle.
Relatos del Prado (Ediciones Ondina) nace con ocasión del reciente bicentenario de la fundación del Museo del Prado (1819-2019) y como homenaje de la literatura a la pintura. Veintisiete relatos, compilados por la escritora Elena Muñoz, evocan otros tantos títulos de diversas obras de sus colecciones. Los comentarios del profesor de la UCM Santiago Manzarbeitia, añaden una visión complementaria desde la historia del arte. Una iniciativa que continúa y actualiza una tradición común a ambas artes.
-A usted le ha correspondido llevar tanto la selección de las obras como el contenido técnico artístico del libro. ¿Bajo qué criterio llevó a cabo la decisión de cuáles formarían parte de Relatos del Prado?
-Para la selección de obras no utilicé un único criterio, sino múltiple. Que los títulos oficiales de las obras tuviesen términos variados, atractivos y susceptibles de ser desarrollados literariamente; que hubiese una representación de las diversas épocas, escuelas, estilos y técnicas, así como de los principales géneros pictóricos representados en la colección del Museo del Prado: Historia, religión, mitología, retrato y bodegón. También se buscó un equilibrio entre obras maestras emblemáticas del Museo y otras que, aun siéndolo, no son tan conocidas; además todas las obras debían estar expuestas de forma permanente.
-Y los grandes autores,…
-Los grandes autores debían estar representados, aunque no necesariamente por sus más relevantes obras, soy consciente de que por ejemplo no están Las Meninas, pero sí Las Lanzas. Si bien se seleccionaronmayoritariamente pinturas, no podían faltar dos obras clave de la colección: el grupo escultórico del emperador Carlos y el Tesoro del Delfín, símbolos dinásticos de las Casas de Austria y de Borbón.
-No cabe duda de que este libro es, como poco, original, dadas esas dos categorías, literaria y artística. ¿Hizo una lectura previa de los relatos o prefirió que los comentarios artísticos no sufrieran ninguna transferencia y se ciñeran a la obra?
-No realicé una lectura previa de los relatos, que quedaban condicionados a la creatividad literaria de los escritores. Los comentarios debían tener un contenido historiográfico y científico actualizado, al tiempo que dar las claves fundamentales para la comprensión de las obras. La transferencia entre relatos y comentarios es un juego que queda abierto para los lectores de Relatos del Prado.
-¿Qué aspectos de las obras comentadas ha querido transmitir para que el lector encontrara esas claves de comprensión?
-El contexto de la obra en su época, el estilo propio del autor, el estudio compositivo e iconográfico de la obra, así como su análisis estilístico. En buena medida también el significado de la obra en el conjunto de la colección del Prado. Ha sido también una ocasión para poner por escrito mi propia experiencia y opinión tras la contemplación de algunas obras del museo durante tantos años de explicarlas a mis alumnos.
-La relación entre el arte y la literatura ha sido muy significativa a lo largo de nuestra Historia. Hay obras literarias basadas en cuadros, y pinturas que toman como base la Biblia, la mitología, etc. Sin embargo, en este caso, el punto de conexión es el título. ¿Cómo valora el resultado?
-Sin duda original y positivo, nuevo y lleno de posibilidades. De alguna forma acabo de mencionarlo, se trata de un juego que se propone al lector y por tanto los resultados pueden ser tan variados como ricos. Como viene a decir con otras palabras Javier Portús en su prólogo, la obra es una vuelta de tuerca más en la historia de la relación del Museo con la literatura. Cada relato es un mundo y las posibles conexiones y conjeturas, múltiples.
-Para animar a los lectores, ¿qué elementos destacaría del libro?
-Creo que la obra es muy atractiva de principio a fin. Es una actual y sugerente invitación a descubrir pinceladas tanto de la Historia del arte, como de las historias y vivencias personales. La participación de un variado elenco de escritores. El código QR que permite la visualización de las obras es también un recurso muy pedagógico e indispensable para una experiencia de inmersión en los comentarios y de mar de fondo para los relatos. Una lectura ágil y variada, una muy cuidada edición y un precio muy asequible.
-Para terminar, y como especialista en arte, qué nos podría decir del museo del Prado, de su significado, de su importancia, entre la pléyade de museos que existen en otras partes del mundo.
-A los españoles nos cuesta afirmarlo por pudor, personalmente creo que el Museo del Prado es, en su calidad de pinacoteca, la mejor del mundo. A la calidad y diversidad que comparte con las más grandes pinacotecas, el Prado suma el simpar valor y sentido histórico de la Colección Real Española, especialmente en las selectas obras y artistas entre los siglos XV y XVIII. El hecho de conservar las mejores y más completas colecciones de artistas universales como El Bosco, Tiziano, ElGreco, Rubens, Velázquez o Goya, creo que lo dice todo.